¿Te has parado a pensar en todo lo mental que rodea a un cambio de hogar? Quizá no nos demos cuenta en el momento, pero se trata de un momento en el que muchas emociones pueden florecer y hacernos sentir histéricos, felices, estresados o tristes. Hoy, venimos a hablarte de la psicología en una mudanza y de cómo nos afecta directa o indirectamente.
No es la primera vez que tratamos un tema que tiene que ver con lo mental o con cómo nos sentimos durante un traslado. Ya te explicamos cómo podías vencer al estrés en una mudanza sin volverte loco. No lo tomes a la ligera. Son momentos en los que podemos vernos superados y que nos pueden afectar durante varios días antes y después. ¡Así que ten cuidado!
La psicología en una mudanza, un componente muchas veces olvidado
A continuación, vamos a explicarte en qué ámbitos o cómo se ve afectada nuestra psicología en una mudanza. Vas a descubrir que son varios puntos independientes:
- Incertidumbre. Si hay un sentimiento que florece durante un cambio de casa, ese es el de la incertidumbre. ¿Por qué? Pues porque nos pueden asaltar un millón de preguntas sobre las que no tendremos respuesta: ¿Estoy haciendo bien? ¿Estaré o estaremos mejor en la nueva casa? ¿Será fácil la adaptación? ¿Voy a echar de menos todo esto? Es muy normal que estas cuestiones puedan generar estrés, ansiedad o un estado de nerviosismo casi permanente. Lo bueno es que es comprensible y que todo pasa.
- Nostalgia. Otro sentimiento ligado directamente a la psicología en una mudanza es el de apego a nuestro antiguo hogar. Va a haber uno o varios momentos en los que no queramos marchar y queramos dar vuelta atrás a nuestra decisión. Son emociones muy fuertes que aparecen gracias a los momentos vividos en esa casa.
- Estrés. Ya te hemos hablado de él. Todo lo que conlleva un traslado puede generar ansiedad y estrés. Desde recoger nuestras cosas hasta coordinar todos los servicios que hay que dar de baja o de alta.
- Adaptación a lo desconocido. Quizá, lo más importante y en lo que menos trabajamos es en adaptarnos psicológicamente a lo que está por venir. Es muy normal sentirse fuera de lugar después de una mudanza. Con calma, todo pasa y pronto nos sentiremos como en casa.
¿Y qué podemos hacer? Fácil. Comunica tus emociones y preocupaciones con tu entorno más cercano, trata de tener todo bien organizado y con tiempo suficiente, aprovecha los días para explorar el nuevo vecindario o, simplemente, date tiempo de adaptación. Te darás cuenta que trabajar todos estos componentes de psicología en una mudanza te van a ayudar a superarlo todo antes y mejor.